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Escrito por Jennifer Pelegrin
Actualizado 16 de octubre de 2025
Tabla de contenidos
La capitalización bursátil es la medida del valor total de una empresa en el mercado de valores. Se obtiene multiplicando el número de acciones en circulación por el precio de la acción, y permite comparar compañías y entender su tamaño relativo.
Conocer este dato ayuda a identificar si una empresa es grande, mediana o pequeña, y a valorar el nivel de riesgo o estabilidad que puede aportar a una cartera.
En este artículo veremos cómo calcular la capitalización bursátil, las categorías más comunes, los factores que la afectan y su aplicación en índices bursátiles y criptomonedas. También repasaremos las mayores empresas por capitalización en 2025 y las limitaciones de este indicador.
Puntos Clave
La capitalización bursátil refleja el valor de mercado de una empresa y se obtiene multiplicando el número de acciones en circulación por el precio de la acción.
Clasificar compañías por su capitalización (mega, large, mid, small, micro o nano cap) permite comparar su tamaño, estabilidad, liquidez y nivel de riesgo en el mercado de valores.
Aunque es una métrica esencial para invertir, la capitalización bursátil tiene limitaciones y debe complementarse con otros indicadores financieros para evaluar con precisión la salud y el potencial de una empresa.
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La capitalización bursátil es el valor de mercado de una empresa que cotiza en bolsa. Representa cuánto está dispuesto a pagar el mercado por esa compañía en un momento concreto.
A diferencia del valor contable, que se basa en activos y pasivos, la capitalización depende de la percepción de los inversores y de sus expectativas sobre el futuro.
Por ello, es una referencia esencial en la valoración de empresas y en la comparación entre compañías de distintos sectores o regiones.
Para ampliar, consulta cómo se mide el nivel de deuda de una compañía en nuestra guía sobre relación de endeudamiento.
Calcular la capitalización bursátil es un proceso sencillo, pero imprescindible para entender el valor de una empresa en el mercado de valores.
La fórmula de la capitalización bursátil es:
Capitalización bursátil = Número de acciones en circulación × Precio de la acción
Con esta operación se obtiene el valor total que los inversores atribuyen a la empresa en un momento concreto.
El cálculo depende de dos variables:
Acciones en circulación: Son todas las acciones emitidas por la empresa que están en manos de inversores. Incluyen tanto las que cotizan libremente como las que poseen grandes accionistas o instituciones.
Precio de la acción: Es el valor al que cotiza cada acción en la bolsa en ese instante. Como este precio cambia constantemente, la capitalización bursátil también varía.
Imaginemos una empresa con 50 millones de acciones en circulación, que cotizan a 10 euros por acción.
Capitalización bursátil = 50.000.000 × 10 = 500 millones de euros.
Otro ejemplo: una compañía con 200 millones de acciones a 25 euros por acción tendrá una capitalización de 5.000 millones de euros, lo que la situaría en el grupo de empresas de gran tamaño.
La capitalización bursátil se divide en grupos que ayudan a clasificar a las empresas según su tamaño en el mercado de valores. Esta segmentación permite comparar compañías de forma más clara y valorar su liquidez, estabilidad y nivel de riesgo.
Si quieres profundizar en cómo se forman estos grupos dentro de los índices, puedes leer nuestra guía sobre índices bursátiles.
Las large-cap son empresas con más de 10.000 millones de dólares en capitalización bursátil. Suelen estar consolidadas, con gran liquidez y presencia en los principales índices bursátiles como el IBEX 35 o el S&P 500.
Destacan por su estabilidad, reparto de dividendos y menor riesgo relativo. En 2025, compañías como Apple, Microsoft o Inditex figuran entre las large-cap más representativas.
Las mid-cap son empresas con un valor entre 2.000 y 10.000 millones de dólares. Se sitúan entre la estabilidad de las large-cap y el potencial de las small-cap, combinando crecimiento con riesgos moderados.
En los índices bursátiles suelen aportar equilibrio, y en España destacan casos como Amadeus o Aena, claros ejemplos de este segmento.
Las empresas de pequeña capitalización bursátil (small-cap) tienen un valor de entre 300 y 2.000 millones de dólares. Suelen ser más jóvenes o con menor cuota de mercado, lo que implica mayor volatilidad y riesgo de inversión, pero también un mayor potencial de crecimiento.
Su menor liquidez provoca que sus precios fluctúen con más intensidad. En España, compañías como Sacyr o Solaria son ejemplos claros dentro del IBEX Small Cap.
Las micro-cap tienen una capitalización entre 50 y 300 millones de dólares, mientras que las nano-cap se sitúan por debajo de 50 millones. Son compañías muy pequeñas, con baja liquidez y alta volatilidad bursátil, lo que las convierte en la franja más especulativa del mercado.
Pueden ofrecer grandes revalorizaciones, pero los riesgos de inversión son elevados y requieren un análisis exhaustivo antes de incluirlas en una cartera diversificada.
Las mega-cap son empresas con más de 200.000 millones de dólares en capitalización bursátil. Son multinacionales líderes, con gran liquidez y fuerte presencia en los índices bursátiles, lo que les da influencia directa sobre el mercado de valores.
Destacan por su solidez y menor volatilidad frente a compañías más pequeñas. En 2025, Apple, Microsoft, Nvidia y Amazon encabezan este grupo de gigantes globales.
La capitalización bursátil cambia constantemente porque depende de variables internas y externas a la empresa. Entre las más relevantes se encuentran:
Condiciones del mercado de valores y liquidez: La facilidad con la que se compran y venden acciones influye en su cotización y, por tanto, en el valor total de la empresa.
Volatilidad bursátil y sentimiento de los inversores: Las expectativas, noticias económicas o cambios sectoriales pueden impulsar o hundir el precio de la acción en cuestión de días.
Recompras de acciones: Cuando una empresa recompra parte de sus títulos en circulación, reduce la oferta y eleva su capitalización si el precio se mantiene o sube.
Splits de acciones: Un desdoblamiento modifica el número de títulos y su precio, pero la capitalización bursátil total permanece estable.
Oferta pública inicial (IPO): En el momento de salir a bolsa, se fija la primera capitalización oficial de la compañía, que luego variará según la demanda de los inversores.
Factores macroeconómicos: Tipos de interés, inflación o cambios regulatorios afectan directamente al valor de las acciones y, en consecuencia, a la capitalización de mercado.
La capitalización bursátil es más que una cifra de valor en bolsa. Se utiliza como referencia para clasificar empresas, evaluar oportunidades y diseñar estrategias en el mercado de valores.
La capitalización bursátil de una empresa permite medir su tamaño y compararla con otras del mismo sector o de distintos mercados. Es un punto de referencia rápido para evaluar su peso en el mercado de valores.
Combinar large-cap, mid-cap y small-cap ayuda a equilibrar estabilidad y crecimiento dentro de una cartera diversificada. Así se reduce la exposición a la volatilidad bursátil de un único segmento.
Las compañías de gran tamaño suelen ser más seguras y líquidas, mientras que las más pequeñas ofrecen más potencial, pero con mayores riesgos de inversión. La categoría de capitalización orienta al inversor sobre el perfil de cada acción.
La capitalización bursátil determina qué empresas entran en los principales índices bursátiles y cuánto pesan en ellos. Cuanto mayor es el valor de mercado de una compañía, más influencia tiene en la evolución del índice.
Ejemplos claros son el IBEX 35, que pondera a las grandes empresas españolas, y el S&P 500 o el Nasdaq 100, donde compañías como Apple o Microsoft marcan gran parte del movimiento del mercado.
La capitalización en criptomonedas funciona igual que en las acciones: se multiplica el número de monedas en circulación por el precio de cada unidad. Este dato sirve para medir el tamaño relativo de cada proyecto dentro del mercado cripto.
Para entender mejor cómo se relaciona con otros mercados, revisa nuestro artículo sobre pares de divisas en Forex, donde explicamos cómo se calculan las equivalencias entre monedas.
Por ejemplo, la capitalización de Bitcoin se obtiene multiplicando el total de bitcoins minados por su cotización actual. Lo mismo ocurre con Ethereum y otras monedas digitales.
Este indicador permite comparar criptomonedas entre sí y entender su peso en un mercado caracterizado por la alta volatilidad y los mayores riesgos de inversión frente a la renta variable tradicional.
También puedes leer cómo se negocian otros activos en nuestra guía sobre trading de CFDs.
En 2025, las mayores empresas del mundo por capitalización bursátil siguen siendo gigantes tecnológicos como Apple, Microsoft, Nvidia, Amazon, Meta y Tesla, todas con valoraciones que superan los cientos de miles de millones de dólares.
Su peso en los principales índices bursátiles refleja la influencia del sector tecnológico en el mercado global.
En España, dentro del IBEX 35, compañías como Inditex, Iberdrola y Banco Santander encabezan la lista por capitalización, seguidas de BBVA, CaixaBank y Aena.
Estas empresas representan la referencia del mercado de valores nacional y marcan la evolución del índice en función de su tamaño y liquidez.
La capitalización bursátil es útil, pero no suficiente por sí sola para valorar una empresa. Sus principales limitaciones son:
No refleja el valor intrínseco: Depende del precio de la acción, que puede estar sobrevalorado o infravalorado.
Influencia del mercado: Está sujeta al sentimiento de los inversores y a la volatilidad bursátil.
No mide la salud financiera: No tiene en cuenta deuda, activos ni beneficios reales.
Visión incompleta: Debe combinarse con métricas como PER, EV, ROE o flujo de caja.
La capitalización bursátil es una medida clave para conocer el valor de mercado de una empresa y compararla con otras dentro del mercado de valores. Ayuda a clasificar compañías, entender su tamaño y orientar decisiones de inversión.
Sin embargo, no debe usarse de forma aislada. Combinada con otros indicadores financieros, ofrece una visión más completa y realista sobre los riesgos y el potencial de cada empresa.
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No. La capitalización bursátil refleja el valor de mercado de una empresa según el precio de sus acciones en bolsa, mientras que el valor contable se basa en sus activos y pasivos registrados en los estados financieros.
Sí. Como depende del precio de la acción, la capitalización bursátil fluctúa constantemente con los movimientos del mercado de valores. Incluso pequeñas variaciones en la cotización impactan en el valor total de la empresa.
La capitalización bursátil solo mide el valor de las acciones en circulación. El valor de empresa (EV) es más completo, porque además incluye la deuda neta y otros factores financieros. Por eso, el EV suele usarse para calcular el coste real de adquirir una empresa.
Porque determina qué empresas forman parte de los principales índices bursátiles y cuál es su peso dentro de ellos. Cuanto mayor es la capitalización bursátil, mayor influencia tiene esa compañía en la evolución del índice.
Si la capitalización bursátil supera al valor real de la empresa, puede estar sobrevalorada; si es menor, podría estar infravalorada. En cualquier caso, conviene analizar más allá del market cap.
Sí. En el mercado cripto, la capitalización se obtiene multiplicando las monedas en circulación por el precio de cada una. Sirve para comparar el tamaño de los proyectos, aunque con más volatilidad y riesgo que en las acciones.
Jennifer Pelegrin
SEO Content Writer
Jennifer Pelegrin es redactora SEO con cinco años de experiencia escribiendo para sectores como las finanzas y la ciberseguridad. Está especializada en transformar temas complejos en contenidos fáciles de entender, ayudando a los lectores a comprender mejor la información.
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