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Escrito por Jennifer Pelegrin
Actualizado 23 de octubre de 2025
Tabla de contenidos
El opex qué es es una de esas preguntas que surgen en cualquier empresa cuando se habla de finanzas. Aunque parezca un concepto complejo, es simplemente la forma de referirse a esos gastos diarios que mantienen un negocio en marcha.
Desde pagar la luz hasta la nómina de tus empleados, el OPEX está en el corazón de la rentabilidad y el flujo de caja. Si aprendes a gestionarlo bien, puedes marcar una gran diferencia.
En esta guía damos respuesta a esa duda común y te explicaremos qué es el OPEX y cómo se calcula, para que tengas todas las herramientas necesarias para tomar decisiones financieras inteligentes y estratégicas para tu negocio.
Puntos Clave
OPEX son los gastos operativos recurrentes que permiten que una empresa funcione en el día a día y se reflejan en el estado de resultados.
Diferenciar OPEX de CAPEX es esencial: el primero corresponde a costes de corto plazo, mientras que el segundo se refiere a inversiones de largo plazo que se amortizan en varios años.
Gestionar y optimizar el OPEX mejora la rentabilidad, ayuda a mantener un flujo de caja saludable y ofrece a la empresa más capacidad para crecer de forma sostenible.
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El OPEX es el acrónimo de Operating Expenses, que en español se traduce como gastos operativos o gastos de explotación. Engloba todos los costes recurrentes que una empresa debe asumir para mantener en marcha sus operaciones diarias.
A diferencia del CAPEX (inversiones de capital), el OPEX se compone de desembolsos de corto plazo que se repiten de manera periódica y resultan imprescindibles para sostener la actividad ordinaria.
Estos gastos se registran en el estado de resultados y, en la mayoría de los casos, son deducibles fiscalmente en el mismo ejercicio en que se producen. Una gestión adecuada del OPEX permite medir la eficiencia en el uso de recursos y tiene un impacto directo en la rentabilidad y en el flujo de caja operativo.
Calcular el OPEX es sencillo si se entiende qué gastos entran en esta categoría. Básicamente, se trata de sumar todos los gastos operativos que una empresa tiene en un periodo concreto, normalmente un año.
La fórmula de OPEX puede expresarse así:
OPEX = gastos de ventas y administración + nómina y salarios + alquileres y servicios públicos + mantenimiento y reparaciones + licencias de software y suscripciones + otros costos recurrentes
En contabilidad, este cálculo aparece reflejado en el presupuesto operativo y también impacta directamente en el estado de resultados.
Ejemplo práctico: Una empresa pequeña paga 50.000 € en sueldos, 20.000 € en alquiler y servicios, 10.000 € en licencias de software y 5.000 € en marketing.
Su OPEX anual sería: 50.000 + 20.000 + 10.000 + 5.000 = 85.000 €
Este resultado ayuda a evaluar si los gastos están alineados con los ingresos y si la empresa mantiene un nivel saludable de costes.
La siguiente tabla muestra de manera comparativa las diferencias clave entre OPEX y CAPEX:
Aspecto
OPEX (Gastos operativos)
CAPEX (Gastos de capital)
Definición
Gastos recurrentes necesarios para el funcionamiento diario.
Inversiones a largo plazo que aumentan el valor de la empresa.
Horizonte temporal
Corto plazo, se repiten periódicamente.
Largo plazo, generan beneficios futuros durante varios años.
Ejemplos
Nómina, alquileres, servicios, marketing, licencias de software.
Compra de maquinaria, edificios, vehículos, tecnología.
Tratamiento contable
Se registran como gasto en el mismo ejercicio.
Se capitalizan y se amortizan a lo largo del tiempo.
Impacto fiscal
Deducibles fiscalmente en el ejercicio en que se producen.
Deducción gradual mediante depreciación o amortización.
Impacto en flujo de caja
Afecta directamente el flujo de caja operativo.
Requiere desembolso inicial elevado, impacto diferido en resultados.
Además del OPEX, en contabilidad empresarial también aparece el término CAPEX (Capital Expenditures o gastos de capital). Ambos conceptos suelen confundirse, pero representan aspectos diferentes y se relacionan con nociones como el apalancamiento financiero.
OPEX incluye los gastos recurrentes necesarios para el funcionamiento diario: sueldos, alquileres, licencias de software, servicios públicos, marketing o reparaciones. Son costes de corto plazo que se deducen fiscalmente en el mismo ejercicio.
CAPEX, en cambio, se refiere a las inversiones a largo plazo que aumentan el valor de la empresa, como la compra de maquinaria, vehículos, edificios o tecnología. Estos activos no se registran como gasto inmediato, sino que se amortizan a lo largo de varios años.
En resumen:
OPEX = costes operativos y repetitivos.
CAPEX = inversiones de capital con beneficios futuros.
El OPEX se refleja en múltiples gastos que aparecen de forma recurrente en la contabilidad. Son costes necesarios para mantener la actividad diaria y suelen estar ligados a recursos humanos, servicios básicos, tecnología o marketing.
Incluye los sueldos de empleados y directivos, así como las cargas sociales asociadas. Representa una de las partidas más importantes dentro del OPEX.
Engloba los costes de oficinas, fábricas o locales comerciales, además de electricidad, agua, internet y otros servicios esenciales.
Gastos destinados a conservar en buen estado equipos, maquinaria o instalaciones para que la operación no se interrumpa.
Pagos recurrentes por programas, herramientas en la nube o plataformas digitales que apoyan la productividad y la gestión de la empresa.
Incluye publicidad, marketing, suministros de oficina y otros costes administrativos que permiten la gestión interna y el desarrollo comercial.
El OPEX no solo refleja los costes diarios de una empresa. También tiene un peso directo en la rentabilidad, en los estados financieros y en la forma en que se mide la eficiencia operativa.
El OPEX está directamente relacionado con el EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones). Un nivel alto de gastos operativos reduce este indicador, lo que puede afectar a la valoración de la empresa y a su capacidad de atraer inversión, al igual que sucede con otros ratios como el ROE.
Una ventaja del OPEX frente al CAPEX es que suele ser deducible fiscalmente en el mismo ejercicio en que se incurre. Esto significa que la empresa puede restar estos gastos de sus ingresos brutos y pagar menos impuestos en el corto plazo.
Un OPEX elevado sin un aumento proporcional de ingresos puede generar presión sobre el flujo de caja operativo.
En cambio, un OPEX optimizado mejora la liquidez y ayuda a mantener la rentabilidad en el tiempo. Por eso, entender y controlar estos gastos es clave para la estabilidad financiera.
Controlar los gastos operativos no significa eliminarlos, sino gestionarlos de forma eficiente. Una estrategia de optimización del OPEX permite mantener la calidad de los procesos y al mismo tiempo reducir costes innecesarios, del mismo modo que en estrategias de inversión como el DCA se busca equilibrar riesgos a lo largo del tiempo.
Revisar periódicamente los contratos de alquiler, los seguros, las tarifas de servicios públicos o las licencias de software ayuda a detectar costes que pueden renegociarse o sustituirse por alternativas más económicas.
La adopción de soluciones en la nube es una forma común de optimizar el OPEX. En lugar de invertir en infraestructura propia (CAPEX), las empresas pagan suscripciones escalables que se ajustan a sus necesidades reales. Esto convierte gastos fijos en variables y mejora la flexibilidad operativa.
Elaborar un presupuesto operativo realista, monitorizar el flujo de caja operativo y establecer métricas de eficiencia son medidas básicas para evitar desviaciones. También es recomendable involucrar a los equipos internos en la identificación de áreas donde se puedan reducir gastos sin comprometer resultados.
Aunque el OPEX es un concepto básico, muchas empresas cometen fallos al gestionarlo. Estos errores pueden distorsionar la contabilidad, aumentar los costes y complicar la toma de decisiones financieras.
No diferenciar entre OPEX y CAPEX: Registrar inversiones de capital como gastos operativos altera los resultados del ejercicio y dificulta medir la rentabilidad real. Separar correctamente ambos conceptos es esencial para reflejar con precisión la salud financiera de la empresa.
Subestimar gastos recurrentes pequeños: Pagos de bajo importe, como suscripciones menores o suministros, suelen pasar desapercibidos. Al acumularse mes a mes, pueden convertirse en una carga importante para el flujo de caja operativo.
Falta de control sobre licencias duplicadas o servicios no usados: Muchas organizaciones mantienen contratadas herramientas digitales en desuso. Estos costes reducen la eficiencia y generan un gasto innecesario que podría reasignarse a áreas estratégicas.
El análisis del OPEX no solo sirve para registrar gastos, también influye en la estrategia y la sostenibilidad de cualquier negocio. Algunas aplicaciones clave son:
Planificación del presupuesto operativo: conocer los costes ayuda a asignar recursos de forma eficiente y prever liquidez disponible.
Gestión en startups y empresas en crecimiento: mantener bajo control los gastos recurrentes evita que la liquidez se agote antes de alcanzar la rentabilidad.
Medición de eficiencia: comparar OPEX frente a ingresos permite evaluar si la estructura de costes es sostenible o si necesita ajustes.
El OPEX es un indicador que va más allá de la contabilidad: muestra cómo una empresa utiliza sus recursos en el día a día. Una gestión eficiente de estos gastos permite mantener la liquidez, mejorar la rentabilidad y sostener el crecimiento en el tiempo.
Más que memorizar fórmulas, lo importante es entender cómo cada gasto afecta al presupuesto operativo y tomar decisiones que equilibren costes y resultados. En ese equilibrio está la clave para que el negocio avance con solidez.
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OPEX es el acrónimo de Operating Expenses y se traduce como gastos operativos o gastos de explotación. Son los costes recurrentes que permiten que una empresa funcione día a día.
El OPEX incluye nómina y salarios, alquileres, servicios públicos, licencias de software, mantenimiento, reparaciones, marketing y gastos administrativos.
El mantenimiento OPEX son los costes recurrentes de conservación y reparación de equipos, maquinaria o instalaciones para asegurar la continuidad de las operaciones.
El OPEX son gastos operativos de corto plazo y recurrentes. El CAPEX son inversiones de capital a largo plazo que se amortizan en varios años, como edificios o maquinaria.
Los gastos generales incluyen todo tipo de costes de la empresa, mientras que el OPEX se centra en los gastos operativos necesarios para el funcionamiento diario.
Un OPEX manager es el responsable de controlar y optimizar los gastos operativos, asegurando que los recursos se usen de forma eficiente y alineada con la estrategia de la empresa.
Jennifer Pelegrin
SEO Content Writer
Jennifer Pelegrin es redactora SEO con cinco años de experiencia escribiendo para sectores como las finanzas y la ciberseguridad. Está especializada en transformar temas complejos en contenidos fáciles de entender, ayudando a los lectores a comprender mejor la información.
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