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Escrito por Jennifer Pelegrin
Actualizado 24 de noviembre de 2025
Tabla de contenidos
Saber qué es el ROA es fundamental para entender la rentabilidad económica de una empresa. Este indicador, conocido como Retorno sobre Activos, muestra cuánto beneficio obtiene un negocio por cada euro invertido en sus activos.
En este artículo veremos de forma sencilla cómo se calcula el ROA, cómo interpretarlo y qué significa tener un valor alto o bajo.
Puntos Clave
El ROA mide la eficiencia real de una empresa, mostrando cuántos beneficios genera por cada euro invertido en sus activos.
No existe un “buen” ROA universal: su valor depende del sector, la estructura de activos y el modelo de negocio.
Analizar y mejorar el ROA ayuda a aumentar la rentabilidad, optimizando el uso de recursos y apoyando decisiones financieras más inteligentes.
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El ROA (Retorno sobre Activos) es un ratio financiero que mide la capacidad de una empresa para generar beneficios a partir de sus activos totales. En otras palabras, indica cuánta rentabilidad obtiene con los recursos que posee, sin importar su tamaño o sector.
Se utiliza en el análisis financiero para evaluar la eficiencia de los activos: cuanto mayor sea el ROA, más productivamente está utilizando la empresa su dinero, maquinaria, propiedades o inversiones.
Por eso, el ROA se considera un indicador clave de rentabilidad empresarial y un punto de partida para comparar el rendimiento de distintas compañías o períodos.
El ROA ayuda a entender cómo una empresa convierte sus activos en beneficios reales. No solo muestra si gana dinero, sino también qué tan bien aprovecha sus recursos para hacerlo.
Un ROA alto suele reflejar una gestión eficiente de activos, mientras que un valor bajo puede indicar exceso de recursos sin rentabilidad o una mala estrategia operativa.
Por eso, el ROA es esencial en cualquier análisis financiero: permite comparar empresas, evaluar decisiones de inversión y medir la rentabilidad económica con una sola cifra fácil de interpretar.
El ROA se calcula dividiendo el beneficio neto de una empresa entre el total de sus activos. Es una fórmula sencilla, pero muy útil para entender el rendimiento financiero de un negocio:
ROA = Beneficio neto ÷ Activos totales
El resultado se expresa en porcentaje y muestra cuántos euros gana la empresa por cada euro invertido en activos. Por ejemplo, un ROA del 8 % significa que genera 0,08 € de beneficio por cada euro que posee.
En el cálculo del ROA financiero, algunos analistas utilizan el promedio de activos (inicio y cierre del periodo) para obtener una visión más precisa, especialmente en empresas con grandes variaciones en su balance.
Entender cómo calcular el ROA es más fácil de lo que parece. Con solo dos datos, el beneficio neto y los activos totales, puedes obtener una visión clara de la rentabilidad económica de una empresa.
Una consultora obtiene beneficio neto de 120.000 € y tiene activos totales promedio de 800.000 € (suma de inicio y cierre/2). ROA = 120.000 / 800.000 = 0,15 = 15%
Ese ROA del 15 % sugiere eficiencia de activos alta: con pocos equipos y oficinas, la consultora convierte su estructura ligera en rentabilidad económica notable. Aun así, conviene compararlo con consultoras similares para confirmar si el rendimiento está por encima del sector.
Una fábrica obtiene beneficio neto de 500.000 € y activos totales promedio de 10.000.000 €. ROA = 500.000 / 10.000.000 = 0,05 = 5%
Un ROA del 5 % puede ser razonable en industrias manufactureras, donde se requiere más capital (maquinaria, inventario, naves). Aquí el análisis financiero debe ir más allá del dato: revisar margen de beneficio, rotación de activos y el ciclo operativo ayuda a ver si hay mejoras posibles.
El ROA no tiene un valor “bueno” o “malo” absoluto: su interpretación depende del tipo de empresa, su tamaño y el sector en el que opera. Aun así, hay ciertas pautas generales que ayudan a entender qué refleja este indicador.
ROA alto: Indica que la empresa usa sus activos de forma eficiente y obtiene buenos beneficios con lo que posee.
ROA bajo: Puede señalar un uso ineficaz de los recursos o una estructura de activos demasiado pesada.
ROA negativo: Muestra pérdidas netas; la empresa no está generando rentabilidad.
El ROA puede entenderse como la combinación de dos fuerzas:
Margen de beneficio (beneficio neto / ventas).
Rotación de activos (ventas / activos totales).
Multiplicadas, ambas dan una lectura intuitiva:
ROA = Margen de beneficio x Rotación de activos.
Si el margen mejora pero la rotación cae, el ROA podría estancarse. Si la rotación sube (se venden más con los mismos activos) pero el margen se comprime, el resultado puede ser similar. Esta visión ayuda a decidir dónde actuar: precios, costes o uso de activos.
El ROA (Retorno sobre Activos) y el ROE (Retorno sobre Capital) son dos ratios financieros muy relacionados, pero miden cosas distintas.
ROA: Muestra la rentabilidad sobre los activos, es decir, cuánto gana una empresa con todos sus recursos.
ROE: Mide la rentabilidad sobre el capital propio, o cuánto beneficio obtiene respecto al dinero aportado por los accionistas.
En resumen, el ROA refleja la eficiencia total de los activos, mientras que el ROE se centra en la rentabilidad del capital invertido. Ambos indicadores son complementarios y, analizados juntos, ofrecen una visión más completa del rendimiento financiero de la empresa.
Dentro del análisis financiero, el ROA es una herramienta clave para medir la rentabilidad empresarial. Permite conocer si la compañía está usando bien sus recursos y si su estructura de activos genera resultados sostenibles.
Los analistas suelen usar el ROA para:
Comparar el rendimiento entre empresas del mismo sector.
Evaluar la eficiencia de activos en diferentes periodos.
Detectar mejoras o problemas en la gestión.
Combinado con otros indicadores de rentabilidad, el ROA ayuda a entender si los beneficios provienen de una buena gestión o simplemente de un aumento temporal en ingresos o precios.
El ROA cambia según el tipo de actividad, ya que no todas las empresas usan sus activos del mismo modo. Por eso, debe compararse siempre dentro del mismo sector.
En las empresas de servicios, el ROA suele ser más alto porque requieren menos activos para generar ingresos. En cambio, las industrias manufactureras o de producción tienen ROA más bajos debido a su gran inversión en maquinaria, instalaciones o inventarios.
En sectores como la banca o las financieras, un ROA reducido puede seguir siendo positivo: manejan activos enormes y generan beneficios con márgenes muy pequeños.
En definitiva, la interpretación del ROA por industria debe hacerse en contexto, considerando la estructura de activos y el modelo de negocio de cada empresa.
El ROA no debe analizarse de forma aislada. Para entender realmente la rentabilidad empresarial, conviene compararlo con otros ratios financieros que completan la visión del desempeño general.
El margen de beneficio muestra cuánto gana una empresa por cada venta, mientras que la rotación de activos mide cuántas veces los activos generan ingresos durante un periodo. Ambos influyen directamente en el ROA y se complementan con métricas operativas como el EBITDA para entender la calidad de los beneficios.
Ambos influyen directamente en el ROA:
Un margen alto mejora el resultado final.
Una mayor rotación indica uso eficiente de los recursos.
También es importante tener en cuenta la liquidez financiera, que revela la capacidad de la empresa para cumplir sus obligaciones a corto plazo. Combinando estos indicadores se obtiene una imagen más completa de la eficiencia de activos y del rendimiento financiero global.
El ROA no lo cuenta todo y puede inducir a errores si se usa aislado:
Activos intangibles: Marcas, software o patentes pueden no reflejarse igual en balance, distorsionando la rentabilidad sobre activos.
Ciclos y estacionalidad: Usar activos promedio suele dar una imagen más estable que tomar solo el dato de cierre.
Apalancamiento y fiscalidad: Las variaciones en deuda o impuestos afectan el beneficio neto y, por tanto, el ROA, ya que el apalancamiento financiero puede amplificar tanto las ganancias como las pérdidas.
Ventas de activos o extraordinarios: Ganancias puntuales pueden inflar el indicador en un periodo concreto.
Para evitar sesgos, combina ROA con margen, rotación, liquidez financiera y análisis cualitativo del negocio.
El ROA puede aumentar si la empresa logra generar más beneficios con los mismos activos o si reduce los recursos que usa para operar. Existen varias formas prácticas de conseguirlo.
Mejorar los márgenes de beneficio es la vía más directa para elevar el ROA:
Reducir costes operativos.
Optimizar precios o volúmenes de venta.
Controlar gastos financieros y fiscales.
Una buena gestión de activos también tiene un gran impacto:
Vender activos improductivos.
Renovar equipos obsoletos para mejorar la eficiencia.
Aumentar la rotación de inventario.
Evaluar las inversiones según su retorno sobre inversión (ROI).
Utilizar herramientas de contabilidad empresarial para detectar ineficiencias.
Revisar periódicamente los ratios financieros y comparar los resultados con objetivos internos.
Calcular el ROA es solo el primer paso; lo importante es cómo se interpreta y se compara. Para que este indicador refleje la realidad del negocio y sirva como guía en la toma de decisiones, conviene seguir algunas recomendaciones básicas:
Compara los resultados con empresas del mismo sector y con la media histórica de la compañía.
Usa activos promedio cuando existan grandes variaciones entre trimestres o ejercicios.
Ajusta los resultados extraordinarios que alteren el beneficio neto sin reflejar la actividad real.
Observa la tendencia a lo largo del tiempo: un ROA estable o en crecimiento es más valioso que un pico puntual.
Combina el ROA con otros ratios financieros como margen de beneficio, rotación de activos o endeudamiento para obtener una visión completa del rendimiento.
Aplicar estas prácticas permite que el análisis financiero sea más preciso y que el ROA se convierta en una herramienta fiable para evaluar la rentabilidad económica de cualquier empresa.
El ROA es una herramienta clave para entender la rentabilidad económica de una empresa. Permite ver de forma sencilla cómo los activos se transforman en beneficios y si la gestión de recursos está siendo realmente eficiente.
Usado junto a otros ratios financieros, el ROA ofrece una visión completa del rendimiento y ayuda a detectar oportunidades de mejora o posibles ineficiencias.
En definitiva, la interpretación del ROA por industria debe hacerse en contexto, considerando la estructura de activos, el modelo de negocio y la capitalización bursátil de cada empresa.
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El ROA (Retorno sobre Activos) indica cuántos beneficios obtiene una empresa por cada euro invertido en sus activos. Mide la eficiencia de los activos y la capacidad del negocio para generar ganancias con sus recursos disponibles.
Si una empresa presenta un ROA del 10%, significa que obtiene 0,10 € de beneficio por cada euro en activos. Cuanto mayor sea el porcentaje, mayor es la rentabilidad económica y la eficiencia en el uso de los recursos.
Depende del sector y del modelo de negocio. En empresas de servicios, un ROA superior al 10% suele considerarse alto, mientras que en industrias manufactureras o banca valores más bajos pueden seguir siendo positivos.
Un ROA del 10% indica que la empresa obtiene un 10% de rentabilidad sobre sus activos totales. Es una buena señal si se mantiene estable en el tiempo o supera la media del sector en el que opera.
No existe un valor universal. El ROA ideal es aquel que refleja una rentabilidad sostenida, comparable o superior a la de la competencia directa, y que demuestra una gestión eficiente de los activos.
La fórmula es sencilla: ROA = Beneficio neto / Activos totales. El resultado, expresado en porcentaje, muestra la rentabilidad sobre activos o cuánto gana la empresa con lo que posee.
Jennifer Pelegrin
SEO Content Writer
Jennifer Pelegrin es redactora SEO con cinco años de experiencia escribiendo para sectores como las finanzas y la ciberseguridad. Está especializada en transformar temas complejos en contenidos fáciles de entender, ayudando a los lectores a comprender mejor la información.
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